Los perros, especialmente los cachorros, son inquietos, curiosos y unos exploradores natos. Su hogar es su territorio y en él se sienten seguros y confiados; además es el lugar en el que más tiempo pasan. Pero los peligros caseros están ahí y pueden darnos más de un disgusto si no los prevemos, especialmente la cocina, que es uno de los mayores focos de riesgo.
1 La ingestión de objetos peligrosos es un accidente muy común en los perros
Es uno de los accidentes más frecuentes, sobre todo si nuestro perro se comporta como un `perro aspiradora´: los Golden Retriever, Labrador Retriever y Beagle figuran entre las razas que se pasan el día olfateando los rincones de la casa y `tragando´ toda clase de objetos (calcetines, comida, medicamentos, cordones de zapatos, y un largo etcétera), pero esta conducta es extensible a todos los perros. Es muy importante educarles desde pequeños para que no la desarrollen, o por lo menos no acentuadamente, si no queremos pasarnos el día persiguiéndoles por toda la casa, para ver qué hacen, ya que generalmente este hábito de comerse cualquier cosa que encuentran en el suelo se traslada al exterior, a la calle y al campo.
Asimismo es habitual que los cachorros de gran tamaño se sientan atraídos por la encimera de la cocina desde que son capaces de llegar a ella, para poder comerse cualquier alimento crudo o cocinado que esté en ella, con el peligro que eso conlleva (chocolate o huesos de ave, por ejemplo), aunque, por lo general, este comportamiento suele ser fácil de corregir si se persevera.
2 La intoxicación con los productos de limpieza o los medicamentos es muy frecuente en los perros
Hay que tener precaución al utilizar las sustancias para limpiar la casa, como la lejía, limpiacristales y cualquier producto jabonoso, entre otros, ya que son potencialmente mortales si el perro los ingiere. En caso de que el perro tenga acceso al garaje, hay que procurar que el anticongelante esté fuera de su alcance, ya que su sabor dulce les atrae mucho, y cada año aumenta el número de perros intoxicados por este motivo. Si sospechamos que ha ingerido cualquier sustancia tóxica hay que llevarle urgentemente al veterinario y comunicarle, si lo sabemos, qué ha ingerido; si el perro ha vomitado, describirle la naturaleza y apariencia del vómito (o recoger una muestra, o hacerle una foto), para que el profesional pueda aplicar el tratamiento más oportuno rápidamente.
Estos mismos protocolos de seguridad podemos aplicarlos tanto nuestras medicinas como a las suyas, que siempre deberán estar guardadas donde el perro no pueda acceder a ellas.
Algunas plantas domésticas también resultan tóxicas para las mascotas.
3 Los perros se pueden electrocutar al morder los cables
Los cachorros son los más propensos a sufrir accidentes severos al mordisquear los cables eléctricos o chupar los enchufes. Cuanto menos edad tiene mayor es el peligro, pues su atracción hacia los cables es grande. Hay que tomar precauciones si acaba de llegar un cachorro a casa (la mayor edad de riesgo se sitúa entre los dos meses y medio hasta casi el año de edad), e intentar camuflar los cables bajo las alfombras, colocar algún mueble delante o ponerlos en alto, o colocar protectores en los enchufes, para prevenir graves accidentes.
4 Los perros se pueden caer desde el balcón o las ventanas
Es importante que si el perro tiene acceso a las terrazas o a las ventanas que queden en su radio de acción, coloquemos protecciones (una tela metálica, por ejemplo) para que no puedan caer, mientras juega o por si ven algo en la calle que le atrae y quiere saltar. Aunque nuevamente son los cachorritos los más propensos a precipitarse desde las alturas, esta protección se debería mantener también cuando el perro es un adulto, para mayor seguridad. Además, existen riesgos añadidos para el perro, como cortes o heridas, si se caen tenedores, cuchillos o algún objeto de cristal en la cocina mientras él está en ella.
5 Los perros pueden sufrir quemaduras en la cocina
Como se ha comentado, en la cocina se concentran muchos de los riesgos caseros para nuestro amigo. A muchos perros les gusta permanecer en ella mientras sus propietarios preparan y cocinan los alimentos, y son muy frecuentes los casos de quemaduras por líquidos calientes e hirviendo que se derraman o `saltan´ accidentalmente sobre el perro (agua, caldos o aceite). Estos episodios son extremadamente dolorosos y graves para los perros. Para prevenirlo es recomendable que no entren en esta estancia mientras se preparan las comidas calientes.
6 Los perros tienen indigestiones, gastritis y obstrucciones intestinales por comer del cubo de la basura
Casi todos los perros sienten una atracción fatal durante toda su vida por el cubo de la basura, y aunque estén bien educados, es una tentación difícil de resistir para ellos. La ingestión de los restos de comida y los objetos (latas, cristal, botellas) que arrojamos a la basura es una fuente extraordinaria de peligro para su salud y su vida. Por ello es esencial que nunca tengan acceso al cubo de la basura.
7 Los perros se pueden golpear al correr por la casa
Puede suceder que al llegar a casa encontremos a nuestro perro cojeando o con signos de haberse golpeado, habiendo estado solo en casa. Los perros corren alocadamente por la casa para divertirse, y en el caso de que el suelo le resulte resbaladizo o algún mueble se encuentre en su camino, puede golpearse. Se pueden colocar alfombras o caminos de moqueta en las zonas más transitadas por nuestro amigo, para prevenir golpes o fracturas.
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